lunes, 10 de marzo de 2008

Veritas, Veritatis


De nuevo me encontré con la "Maga"...

Ella me dice lo que no puedo expresar, me arrebata la memoria de "lo actual" y deforma lo que a su paso cae...Lo que cae no es otra cosa que mi propia representación, como alicia con su libro...
De estos encuentros furtivos resultan mis palabras oscuras, porque ella me ha dicho que sólo los descarriados podrán entender qué es lo que a travéz de mí ella oculta.

Quizas sea este tiempo apocalíptico quien permite la paradoja del "ser ajeno". Tareas sucumben agalopadas en este abanico de temporalidades finitas.
Hay quiénes dicen que todo llega a su fin, hay quiénes dicen que más allá hay un nuevo comienzo y hay quiénes dicen que todo lo que tenemos está aquí y ahora.

"Lo cierto es que nada tiene ser más que en la memoria",
"Lo cierto tiene que ver con una busqueda de la Verdad",
"La nada es la profunda presencia del Ser",
"La memoria como habitaculo a-espacial/a-temporal, mimesis, comienzo y fin, transformación, eterno devernir, eterno retorno de lo mismo". Dijo la "Maga".

Asi se expresaba mientras sus ojos verdes me miraban en profundidad, metiéndose en mi carne hecha de días, hecha de materia invisible, de microscópicas células en constante cambio. Así, mutando, era como recobraba la experiencia del presente de la vida, no más que ideas en mi cabeza y un cúmulo de palabras/imágenes que reproducian realidades como hologramas, todo se desvanecía y yo entraba de nuevo en la hora señalada por las agujas.

Cada encuentro con la "Maga" se da en la periferia de la razón, en el camino innombrable del testigo silencioso, en la abominable ruina del ego ansioso por manifestarse, en la escrupulosidad del super yo que calibra lo que otros ven, en el espacio infundado por aquellos que corrompen la palabra y la violan amándola en su primigenia latitud.

A.G. "El amante de las nimiedades". Ed. Carozo. Belgica, 2008.