miércoles, 13 de diciembre de 2006
...Psyché...
Pequeños relatos se gestan, en lo cotidiano y pocas personas se frenan a mirarlos, será por eso que existe quien los escribe...homenaje de la palabra...
“...Pensaba que ellos podían mirar desde los lugares por los que ya habían mirado cuando habitaban este mundo.
Porque no podemos imaginar desde nuestra mente como será mirar estando muerto.
Entonces recorrí todos los lugares buscando la mirada de Kar...
Casi siempre nos conectamos desde la palabra o la música, pero yo sentía la necesidad de poder mirar con sus ojos, con la sensación de unificarme a él, abrazarlo, pasar un rato como antes cuando podíamos estrecharnos las manos o correspondernos con la mirada.
No lo logre totalmente, pero algo me llevaba sin embargo, y me animaba a disfrutar del cielo y de la brisa, del sol latiente por encima de las sierras.
Mi cuerpo sentía cada gota de calor recorriendo mi piel, que se ponía dorada por ese contacto superior con el sol, compañero de viajes y latitudes internas.
Mis anteojos negros daban un matiz de no-pertenecer, y cuando un ser siente: ser extraño, las alas de la libertad se despliegan silenciosas y podría decir que se llega a vivir cada instante como único.
Así camine dejándome llevar por mi propio tiempo y por la fuerza animada de la tranquilidad y el silencio. La respiración hace la fuerza y da la posibilidad de la imagen sin prejuicios, por eso también el soplo (psyché) es el “Gozo” que muchos llamaron “Alma”, permite sentir la vida y olvidar la vieja pregunta por la muerte. Pasaban imágenes frente a mi vista, descubrirlas es siempre una nueva revelación mítica...”
A.G.